El Producto Interno Bruto (PIB) de México creció 3% en 2022. A pesar de los datos positivos, la salud económica debe estudiarse tomando en cuenta otros indicadores adicionales, según el profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) Víctor Gómez, en su conversación con el periodista Salvador Camarena. Los dos participantes hablan en este episodio sobre el verpertino sobre cómo se puede medir la salud económica de un país.
Gómez destaca cinco ejes o variables que se deben tener en cuenta para saber si el nivel económico de un país es positivo: la dinámica de la inflación, el déficit público, el déficit externo, el PIB y el tipo de cambio. “Tendemos a evaluar la economía con indicadores. El mejor símil que pudimos encontrar es el de la salud. Para verificar, tendría que hacer una evaluación más integral”, dice.
El economista señala que la referencia del PIB, por ejemplo, no refleja el bienestar de los hogares: “El tema que más afecta es el salario, no solo el salario mínimo, sino todos los salarios; cómo han crecido los salarios según la base de cotización del IMSS [Instituto Mexicano del Seguro Social]”. Y destaca la importancia del aumento de precios junto a esta variable. En 2022, el crecimiento de la inflación fue del 8% y el salario “real” de las familias mexicanas no creció.
2022 fue un año “complicado” para las cuentas públicas. “En 2022 no se cumplieron las metas planteadas a principios de año en cuanto al déficit público”, dice Trejo, quien considera que, pese a no alcanzar la meta, el resultado “no es severo”.
En este episodio, Trejo concluye que para ver avances en la economía hay que tener en cuenta la importancia “clave” del sector terciario —el sector servicios—, que representa el 64% del PIB del país; y la revisión mensual del crecimiento de México, que considera más relevante que el nivel anual.
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