Era cuestión de tiempo que Doncic, posiblemente ya el mejor jugador de baloncesto del planeta, empezara a reinar en la NBA, una liga a la que llegó como un terremoto en 2018 y en la que ha ido quemando etapas hasta plantarse ante el reto definitivo. Los Mavericks de Luka ya son equipo de Finales, un hito que no conseguían desde el año 2011. Se medirán a los todopoderosos Celtics de Boston.
Dallas culminó el pasado jueves su ‘casi’ barrida a los Minnesota Timberwolves (124-103) en las finales de Conferencia Oeste, que se han sellado por un soberano 4-1 a favor de los tejanos con un último partidazo de la mejor pareja de la liga. Kyrie Irving y Luka Doncic son todo aquello que soñaron en la franquicia cuando decidieron apostar por juntar a estos dos fenómenos.
UN DÚO IMPARABLE
Batman y Robin. Luka y Kyrie. El pase a las finales de la NBA no se explicaría sin el colosal nivel del base y el escolta en pista, que han conseguido borrar del mapa la que había sido la mejor defensa de la temporada, unos Wolves altos, físicos e incómodos que llegaban tras haber eliminado a los Suns de Durant y a los ‘campeones’ Nuggets de Jokic y compañía. No ha sido un camino de rosas para los ‘Mavs’.
En el quinto y definitivo partido de la serie, Doncic e Irving se combinaron para 72 puntos, 14 rebotes, 10 asistencias y 2 robos de balón. El primer cuarto del esloveno fue un recital anotador de los que nos tiene acostumbrados, con triples desde el medio del campo que rompían a pedazos los sueños de los aficionados de Minnesota, que escondían la admiración por Luka entre abucheos. «¿Quién está llorando ahora, hijo de ****?» dijo un crecido Doncic al rapero Snoop Doog, que estaba sentado a pie de pista.
Nada de esto sería posible sin Robin. Esta versión de Kyrie es la más parecida a la que vimos en sus años en los Cavaliers, donde fue también el escudero de LeBron James en el anillo de campeón logrado en 2016, el primero en la historia de la franquicia de Ohio. Tras un paso fallido por Celtics y Nets, el Irving más creativo, imparable e inteligente ha vuelto a ‘revivir’ en estos Mavericks. Su primer año no fue fácil pero era cuestión de tiempo que encajase en el ‘ecosistema’ de Doncic. 36 puntos, 5 asistencias y 4 triples para ‘Uncle Drew’ que sentenciaban a unos Wolves incapaces de frenar a un base que se mueve a otra velocidad. Se necesita mucho más que Kyle Anderson para pararle los pies.
QUEDA EL ÚLTIMO PASO
Clippers fue la primera víctima y, pese empezar la serie con ‘paliza’ de los angelinos, la cosa acabó cayendo por su propio peso. En semifinales esperaban unos Oklahoma City Thunder históricos a la par que jóvenes. Primeros en Conferencia Oeste, a Shai y compañía les faltó ese punto de madurez y experiencia necesaria en play-off para derrotar a Luka en una serie al mejor de cinco partidos. Por si fuera poco, los Timberwolves esperaban hambrientos a su presa en finales de conferencia. Venían de ganarle el séptimo partido de semifinales a los Denver Nuggets en su casa, asaltando el trono de Jokic, pero ni con estar han sido capaces de ganarle más que un solo partido a Dallas, justo vencedor.
Todavía queda el monstruo de tres cabezas. Los Celtics, grandes favoritos al anillo desde el pistoletazo inicial, aguardan en las finales de la NBA, un escenario que visitaron sin fortuna hace tan solo dos temporadas. En 2022, los de Boston cayeron 4-2 ante el último ‘latigazo’ de la dinastía de los Golden State Warriors. Curry, Green y Thompson seguían siendo demasiado para Tatum y Brown en las finales, aunque las cosas han cambiado. Mazzulla tiene la mejor plantilla de la liga, una escuadra forjada únicamente para hacerse con el anillo de campeón. El pasado verano añadieron a Kristaps Porzingis y Jrue Holiday, que han encajado a la perfección en el esquema del equipo. Su camino a las finales ha sido más fácil, tumbando a Heat, Cavaliers y Pacers en el camino.