Movimiento ciudadano. Es discutible cuánto tiene el partido naranja como ciudadano, pero el movimiento es innegable. Lo difícil es saber en qué dirección se mueve. Las decisiones que toma la formación, su estrategia a corto y mediano plazo e incluso su ideología aún desconciertan a los analistas. En los últimos días han anunciado que desisten de presentar candidatos a las gubernaturas de Coahuila y el Estado de México; Por más guiños que hagan desde el bloque opositor para acompañarlos en su lucha contra Morena, no van al reclamo; y si la pregunta es quién encabezará el cartel para postularse a la presidencia de la República en 2024 tampoco hay humo blanco por el momento. El líder de Nuevo León, Samuel García, corrió y no pudo correr. Como si fuera un espejo del partido, García cosecha éxitos, pero su juventud le permite esperar para consolidar una estrategia política, una ideología coherente y un camino que le permita eventualmente dar el salto al poder supremo. Esa es la cuestión.
La presidenta del Consejo Nacional de MC, Verónica Delgadillo, describe la estrategia del partido como un camino que va abriendo camino para “ofrecer un proyecto de país”, lo que los mantiene ocupados organizando foros donde se reúnen todos los que tienen algo para aportar desde la ámbito político, intelectual, civil. En cuanto a la ideología, se declaran federalistas, ecologistas, feministas, con la paz como meta, “una socialdemocracia de derechos y libertades, de pleno bienestar y desarrollo”. Todo ello, dice, esperan “consolidarlo en 2024″. “Crecemos”, dice Delgadillo.
Frente a la vieja política, son, dice, la “otra ruta”. Siendo así, ¿no sería deseable que los electores de Coahuila y del Estado de México tuvieran derecho a transitarlo? “Nos han acusado de ser esquiroles de Morena y también de jugar con la alianza opositora. Ahora se mostrará [en las gubernaturas de Coahuila y Estado de México de 2023] que no le hacemos el juego a nadie”, se defiende Delgadillo. El partido ha acusado al PRI de ceder el Estado de México a Morena a cambio de quedarse con Coahuila, y en esa supuesta negociación que colocan en las viejas artimañas políticas lo justifican. su retiro de ambos procesos para la gubernatura.¿Qué pasará entonces con los ciudadanos que quieren votar naranja?“La meta es estar fuertes al 2024”, zanja el mandatario.
Pero este movimiento no convence a todos, algunos lo ven más como una excusa para no competir en un campo que no podrán ganar, con el consiguiente desprestigio político para una formación que ha ido creciendo en las últimas elecciones. “La mayor baza de Movimiento Ciudadano es que representan la opción opositora no contaminada por la corrupción, y quieren cuidarla, pero rechazar la búsqueda de la gubernatura en esos dos estados no contribuye al pluralismo que requiere la democracia”, reflexiona Humberto. Beck, historiador del Centro de Estudios Internacionales del Colegio de México. Cree que están abandonando “la posibilidad de construir un proyecto diferente, primando el pragmatismo sobre la ideología”. Beck dice que eso ya está inventado, que ya hay un partido, “los Verdes, que usurpan un lugar político con fines pragmáticos”. A su juicio están perdiendo la oportunidad de presentar su programa, que es lo que le da sentido a un partido, de presentar sus propuestas. Es lamentable que no presenten candidatos, no es justo para los votantes”, afirma.
De un lado de la balanza está esta responsabilidad con la ciudadanía y del otro el desgaste que podría significar para ellos una derrota importante, poniendo en riesgo su imagen como partido emergente. Habrá echado sus cuentas. Porque aunque el partido puede considerarse joven, algunos de sus líderes, como el capo, Dante Delgado, llevan décadas en la política y se supone que ya tienen el colmillo suficiente para diseñar el mejor rumbo. “Conocen una fuerza que puede convertirse en un espacio para un voto útil, por eso no se han comprometido en esta oportunidad, se mantienen al margen del conflicto político y, por alguna razón, el presidente López Obrador no se mete con ellos, ni ellos. pactan con la oposición”, describe Martha Singer, politóloga de la UNAM. Las mañanas son a veces una apisonadora para el PRI y el PAN, pero Movimiento Ciudadano pocas veces bebe de ese jarabe. “No hay señales que les quiten clientes”, dice Singer. En cualquier caso, sostiene el politólogo, no es un partido que pueda ganar por sí solo la gran elección ahora mismo, y quizás prefieran no contaminarse en las aguas turbias en las que se mueve la oposición estos días.
“Juega a lo seguro”, sugiere Singer. Y eso no es del todo malo. Para Beck, la prudencia que están mostrando los líderes emergentes del partido, como el propio García o Luis Donaldo Colosio, que avanzan sin precipitarse hacia una posible candidatura presidencial, “demuestra madurez política”. Una prudencia que puede dictar sus posibilidades reales de ganar algo de poder, según Singer: “García puede ganar presencia, pero le falta maquinaria partidaria y liderazgo en el país, más allá de las clases medias ilustradas de la Ciudad de México y su territorio”. Prevé, dependerá de los resultados de Morena a la hora de decidir a su candidato y si algún posible error en el mismo podría derivar en una opción por la oposición. En ese caso, afirma, MC podría tomar el guante y lanzar uno propio para presidente. Todos futuros difíciles de determinar en arenas tan cambiantes como la política.
Movimiento Ciudadano se mueve sigilosamente. Muestra tus victorias. De ellos fue la iniciativa de aumentar las vacaciones de los empleados en México, por ejemplo. Y en estos días, la llegada de Tesla a Nuevo León para construir una gran fábrica de vehículos eléctricos se ve como una conquista indiscutible, que sin duda fecundará la economía con una enorme inversión y miles de empleos. Delgadillo también exhibe las reformas de otro suyo en Jalisco, el gobernador Enrique Alfaro, en vías, educación, salud. Ambos Estados son por ahora los escaparates de la fiesta. Pero cada uno marcha a su manera, sin una coherencia ideológica que pueda servir de guía a los votantes de todo un país, algo que por cierto también adolecen otros partidos.
“Pudieron aportar a ese perfil socialdemócrata en el que dicen ubicarse, pero los elementos que defienden eso aún son escasos, se posicionaron en contra de la reforma laboral, impulsaron el aumento de las vacaciones… Mexicolectivo, la plataforma con la que se posicionaron sí parece que se podría construir este proyecto, suena prometedor, pero tanto en Jalisco como en Nuevo León las políticas no van en esa línea”, critica Beck. “Que el mayor logro de un gobernador sea la inversión de una transnacional no hace una gran diferencia política respecto al salinismo o al neoliberalismo”, prosigue el historiador, que no acaba de ver “una propuesta original”. “Son ideológicas a nivel local”, pero representan, dice, “una posibilidad con un gran activo, que no arrastra un pasado de corrupción”. Y eso en México no es poca cosa.
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