Ellas en faldas y ellas en pantalones. Así es como las escuelas públicas de México han uniformado a sus alumnos durante décadas sin analizar las desigualdades que generan las diferencias en la vestimenta. El debate se ha reavivado en el país con el caso de Paola, una niña de 12 años que se negó a usar falda en la telesecundaria José Vasconcelos de su localidad, San José Manialtepec, en la Costa Chica de Oaxaca. El estudiante se presentó en la escuela un viernes con el uniforme reservado solo para niños. Ella una camisa blanca y pantalones. Lleva dos meses sin poder ir a clase porque el colegio, los profesores y el resto de padres le prohíben entrar con los pantalones.
En unas imágenes difundidas a través de las redes sociales, se puede ver a la joven y su madre forcejeando con unas personas en la entrada de la escuela, padres y madres de otros estudiantes que se oponen a que Paola vaya a estudiar vestida así. “La maestra nos ha dicho que no hay problema para entrar a clases así y no con vestido”, se escucha decir a la mujer. A pesar de ello, el resto de padres empujan a la niña y no la dejan entrar. Reunidos con las autoridades municipales y estatales, los vecinos se escudan en la ley de usos y costumbres que rigen en la comunidad para defender aquello, usos y costumbres de otros tiempos. “Esto no tiene que ver con un tema ancestral, estas normas tienen que ver con estereotipos de género y con una normalización de la violencia contra las mujeres de la que hay que salir adelante”, dice Flor Estela Morales, coordinadora de Atención a los Derechos Humanos del Poder Ejecutivo de el Estado de Oaxaca.
Ante el encierro y la oposición de toda la comunidad a que Paola ejerza su derecho a la educación por encima de cualquier vestimenta, el Gobierno del Estado le ha ofrecido a la niña que pueda cambiar de escuela y un acompañamiento personalizado para no quedarse atrás en sus estudios. . “Lamentablemente no hay condiciones para que la adolescente vaya a esta escuela, entonces le planteamos dos opciones para que mantenga su derecho a la educación”, dice Morales.
En estos días el Gobierno de Oaxaca ha tenido varias reuniones con el cuerpo docente, autoridades municipales, la madre y el comité de padres para tratar de llegar a un acuerdo. “Se les explicó que había trámites iniciados en la Procuraduría de los Derechos Humanos de Oaxaca”, dice Morales. La Comisión para Prevenir la Discriminación (Conapred) también abrió una investigación por el caso y hay dos denuncias penales en curso por violencia contra la mujer y por violación de los derechos humanos de la menor. “Claramente hay discriminación, violencia de género, intolerancia y están vulnerando su derecho a decidir. La niña en ningún momento rompió las reglas de la escuela, porque iba de uniforme”, dice la abogada feminista Yésica González.
Este tipo de discriminación ocurre en toda América Latina y en el mundo. Según un estudio de Save the Children y la Universidad de Huánuco, en Perú, el uso de polleras por parte de niñas y adolescentes en instituciones educativas genera desigualdad de género. “La falda los limita para saltar, trepar, correr y agacharse libremente, ya que ciertas partes de su cuerpo quedan expuestas, existiendo cierto temor de que sean vistos desde abajo, manifestando que no se sienten cómodos con el uso. Estos resultados muestran la necesidad de seguir profundizando en el estudio de la discriminación, además de trabajar con datos estadísticos que permitan ubicarnos en las brechas de género que aún existen en el ámbito educativo”, indica el trabajo.
El estudio, realizado en más de 350 estudiantes entre sexto y quinto grado, que incluye niñas de 11 a 18 años, arroja resultados sorprendentes. El 54,4% indicó que el uso de la pollera restringe el derecho a la igualdad y no discriminación, el 22,3% indicó que restringe su derecho al libre desenvolvimiento, el 11,6%, a la opinión, porque nunca se les preguntó qué uniforme querían usar. , y el 5,1% indicó que se violó su derecho al juego y la recreación. Más del 80% de las chicas consultadas argumentaron que usan falda porque es obligatorio.
“Estas formas de mantener el cuerpo, profundamente asociadas a la actitud moral y al pudor que debe guardar la mujer, se siguen imponiendo (…) Muchos de los alumnos en más de una ocasión se han sentido limitados a saltar, trepar, utilizar la escuela espacios durante el recreo, ya que son utilizados mayoritariamente por los hombres, mientras que las mujeres utilizan los espacios a su alrededor”, destaca el estudio.
La Ciudad de México estableció en 2019 el uniforme neutro en todas las escuelas de educación pública preescolar, primaria y secundaria. “Los niños pueden usar faldas si quieren y las niñas pueden usar pantalones si quieren, eso es parte de la equidad, de la igualdad”, así se refirió Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno cuando se anunció la medida.
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