El Gobierno de Matamoros ha suspendido a tres trabajadores de Protección Civil del municipio, por su presunta participación en el ataque y secuestro de cuatro ciudadanos norteamericanos, el pasado 3 de marzo, en la ciudad fronteriza. Hasta el momento se desconoce el estado de los trabajadores, si están detenidos o procesados. El secretario del Ayuntamiento, Carlos Ballesteros, dijo en una entrevista con varios medios este miércoles que la Fiscalía del Estado les notificó que tenían una investigación y la ‘contraloría’ decidió suspenderlos. Entre los suspendidos se encuentra el director de la corporación.
Con estos tres, el número de los presuntos implicados de una forma u otra en el ataque y secuestro de los estadounidenses, visitantes de Carolina del Sur, asciende a nueve. De ellos, uno fue detenido el día del rescate, 7 de marzo, cuando las autoridades encontraron a los cuatro, dos de ellos muertos, uno herido y el último ileso, en una choza de madera en las afueras de Matamoros. El detenido, José Guadalupe N, es un hombre de 24 años que presuntamente vigilaba a los cautivos en la caseta. La Fiscalía lo acusa de secuestro.
Cinco más fueron detenidos y procesados un par de días después, cuando aparecieron esposados, junto a una camioneta y varias armas, en las calles de la ciudad. Fue uno de los giros extraños en un caso ya extraño. Junto a los cinco, alguien había dejado un cartón, señalándolos como los autores del ataque y secuestro. Lo firmó el Grupo Escorpión del Cártel del Golfo, que también desmintió la actuación de los cinco, quienes, según decía el cartel, habían actuado por su cuenta. La Fiscalía procesó a los cinco por secuestro y homicidio.
No se sabe exactamente qué papel jugaron los últimos tres investigados. La Fiscalía no ha informado oficialmente del asunto, pero una fuente cercana a la agencia consultada por EL PAÍS señala que uno de los vehículos incautados estos días, en el marco de la investigación, es una ambulancia de Protección Civil del municipio. Los secuestradores aparentemente usaron el vehículo para transportar a los heridos después del ataque inicial, que ocurrió cerca del centro. En la ambulancia los habrían llevado a una clínica. La duda es cómo los delincuentes accedieron a un vehículo oficial del municipio.
La misma fuente señala una de las dolorosas realidades de la frontera, la penetración de la delincuencia en las policías locales. En el caso de Matamoros, la anterior administración del gobierno estatal, encabezada por Francisco García Cabeza de Vaca, intervino con la policía de la ciudad en 2020, tras un fallido operativo para capturar a un presunto miembro del Cártel del Golfo. “El operativo fracasó”, dice la fuente, “porque hubo un bloqueo de taxistas y otros, al parecer organizado por agentes de tránsito del municipio”. Hecha la ley hecha la trampa. Ante la irrupción del gobierno estatal, los agentes de tránsito fueron trasladados a Protección Civil, según la misma fuente. Eso explicaría su supuesta colaboración con el grupo criminal que atacó a los estadounidenses a principios de marzo.
Tras los primeros días, la investigación avanza ahora sigilosamente, de la mano de la Comisión Nacional Antisecuestro, dependiente de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Hace unos días, la secretaría difundió una ficha informativa, en la que recopiló los datos más relevantes de las investigaciones, por ejemplo, el hallazgo de una de las armas utilizadas en el ataque, casas y negocios incautados, como la caseta de madera, un una clínica y un laboratorio, y cinco vehículos incautados, de los ocho que habrían participado, según informó la semana pasada la Fiscalía de Tamaulipas.
Quedan muchas preguntas abiertas, ninguna tan sugerente como el motivo del ataque. Nadie sabe todavía por qué los criminales actuaron como lo hicieron. El fiscal de Tamaulipas, Irving Barrios, señaló que una de las hipótesis de los investigadores era que había sido un despiste, pero no dijo de qué tipo. ¿Con quién los confundieron? Tampoco se sabe quién dejó a los cinco hombres esposados, con el cartón, en la calle. ¿Fue un movimiento de propaganda para apagar el fuego? Es posible. Comparando los videos del ataque con las siluetas de los detenidos, parece claro que hay participantes que aún no están en manos de la justicia.
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