México perdió la oportunidad de luchar por el título del Clásico Mundial de Béisbol, pero ganó una nueva estrella del deporte. Randy Arozarena (Pinar del Río, 28 años) estaba destinado a ser otra gran figura del béisbol cubano y, en el peor de los casos, a ser futbolista. El joven beisbolista jugaba en los equipos infantiles cubanos de béisbol, aunque no se sentía cómodo con las condiciones de vida en la isla. En 2015, Arozarena abordó una rudimentaria barcaza en busca del no tan famoso sueño americano. En 2022 llegaron a EE.UU. casi 178.000 cubanos, según el Centro para la Democracia en las Américas. El pelotero prefirió irse a México, donde parte de su familia ya vivía en Yucatán. “México me recibió como a un hijo”, contó hace unos días.
Randy Arozarena tuvo claro que, en su nuevo comienzo, debía insistir en el béisbol. Comenzó jugando en una liga local hasta que llamó la atención de los equipos de la Liga Mexicana del Pacífico. Los Bulls de Tijuana, en el otro extremo del país, se interesaron en él y lo firmaron para su academia de desarrollo juvenil. Jugó en los Toritos de Tecate hasta llegar a un lugar en el equipo principal de Tijuana en 2016. Posteriormente, los Mayos de Navojoa (en Sonora) lo ficharon. Allí comenzó a hacer tradición el uso de botas de cuero durante los calentamientos. Eso le dio suerte para conectar muy fuerte carrera durante sus juegos. Esa cábala la llevó a mudarse a los Cardinals en St. Louis.
La contratación de Arozarena en Major League Baseball significó un punto de inflexión en su carrera. La selección estadounidense pagó más de un millón de dólares por el mexicano. Primero lo mandaron al equipo de ligas menores, le dieron permiso para volver a jugar en Navojoa y en 2019 debutó en el equipo estelar. A principios de 2020, los Cardinals cambiaron al beisbolista y lo enviaron a los Tampa Bay Rays. La potencia de su brazo al batear ayudó a su equipo a llegar a la Serie Mundial ante los Dodgers, que perdieron. A pesar de eso, Arozarena fue nombrado el jugador más valioso de la final de la Liga Americana.
Su deseo era jugar por el país que lo cobijó. Antes de que se llevaran a cabo los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021, pidió jugar para México, aunque en esos días no tenía tarjeta de naturalización. La ventana perfecta para escabullirse la vio cuando se acercaba el Clásico Mundial de Béisbol de este año. Por lo que comenzó a enviar mensajes en sus redes sociales para ayudarla a contactar al presidente Andrés Manuel López Obrador para darle su nacionalidad. Era un gancho perfecto para un presidente aficionado al deporte de las manoplas. La solicitud llegó a una conferencia matutina del presidente mexicano y accedió a revisar su caso con las autoridades migratorias. Fue en abril de 2022 cuando Arozarena presumió en sus redes sociales que ya había recibido los documentos que lo acreditaban como mexicano.
La novena mexicana, como se conoce al equipo, enfrentó el Clásico Mundial de Béisbol con una selección de peloteros que jugaron en las Grandes Ligas, entre ellos Randy Arozarena. El grupo empezó con dificultades al perder contra Colombia. Luego se recuperó al noquear a Estados Unidos, Canadá y Reino Unido en la primera ronda. En cuartos de final vencieron a Puerto Rico, un país poderoso en el béisbol, en un partido que contó con una remontada mexicana que elevó al cielo las ilusiones de los mexicanos. Nunca antes en la historia El Tri había llegado a la ronda semifinal. Uno de los grandes factores para anular a los rivales fue Arozarena. “Siempre me ha encantado la afición mexicana, gritan mucho, pero cuando te gritan con amor se siente hermoso”, dijo el beisbolista a AS México durante el torneo.
En el período previo a la final, México perdió ante Japón en el último suspiro. Ni la mejor exhibición de Randy Arozarena pudo lograr la proeza de pelear por el campeonato mundial. A pesar de perder, la afición se arregló con los suyos. “Nuestro compatriota Arozarena es un fenómeno, batea, fildea, corre bien las bases, tiene pimienta. También es humilde, no es arrogante, atiende a las personas. Se pasaba todo el tiempo dando autógrafos, muy buena persona, demostró ser un caballero”, felicitó López Obrador tras el partido. En las redes sociales hubo una ola de piropos, entre otras imágenes que lo mostraban como un santo.
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